Olor a final de fiesta.

En estos días se respira un fin de época.

1 – En el Boletín Oficial, todos los días aparecen desde hace 1 mes nombramientos en la Nación, provincias y municipios.

2 – El gobierno confirma la “entrega en custodia” de tierras a la agrupación de Grabois.

3 – Transfieren edificios de la Armada para la Universidad de las Madres.

4 – Un juez avanza en la entrega de tierras del Ejército a los mapuches.

5 – La deuda de la Nación hacia la ciudad de Buenos Aires asciende a 57.000.- millones de pesos.

Parece que hay que hacer todo el “trabajo” antes de las PASO, después es imposible.

Disfrazar lo que se hace con los jubilados, parece más difícil.

En realidad, ningún argentino hoy piensa que podría vivir con la jubilación. Todos reciben lo mismo, los que aportaron y los que no lo hicieron nunca. No salen más a la calle como en la década del 90 con Norma Pla. Están resignados.

En síntesis, Massa está en medio de la tormenta perfecta.

Inflación que apunta mínimo al 100 %; elecciones en una nebulosa, no tiene anclas para las expectativas, no va a cumplir con el déficit acordado por el FMI; la sequía de carácter histórico; precios de los granos en baja.

Este año faltaron entre 17.000.- y 20.000.- millones de dólares. El mercado cambiario lo va a sentir a partir de abril. Ahora se apela a los bonos de la Anses para evitar una crisis cambiaria. Dicen que unos 10.000 millones de títulos en dólares podrían ofrecerse hasta junio. Una cifra enorme para el modesto tamaño de los mercados.

Hace tiempo, Guillermo Calvo, un economista argentino que trabajó en el exterior, muy respetado y asesor del FMI hace años, defendió a la Argentina.

Ante una pregunta sobre nuestro país señaló: “Afuera nos ven como un jardín de infantes. Hay chicos brillantes, pero hay un ruido impresionante. Los chicos se tiran con piedras. No tenemos una maestra que controle los desórdenes”.

Después continuó con sus definiciones: “Las seguidillas de default hacen difícil atraer ahorro externo, no nos tienen confianza”.

“Apenas hacemos un movimiento que parece raro, salen corriendo”.

Todo lo que definió, es por culpa nuestra. No es el mercado capitalista que nos odia. Para el populismo, vienen nos roban y se van. En realidad, mirando Comodoro Py, los que robamos somos nosotros, por eso no vienen.

Se profundiza la pobreza, vuelve en estos meses a superar el 40 %, más de 17 millones de personas. ¿Cómo lo resolvemos? Con relato y parches de ocasión. En alguna época ocultábamos estadísticas. Avanzó el narcotráfico.

Las crisis sanitarias las resolvemos con respuestas ideológicas.

Llegan las elecciones.

¿Por qué confiar en los mismos gobiernos que prometen erradicar la pobreza, cuando piensan que justamente los que menos tienen nos van a votar?

Hoy, hay muchas razones que nos hacen no creíbles.

No solo en el mundo, sino la enorme cantidad de jóvenes que emigran sin cesar.

Se nos fugan contenedores de materia gris.

¿Qué tendrá que ocurrir para frenar este fracaso?

En las encuestas, la mayoría pide cambios en la política. Depende si esa transformación es moderada o disruptiva.

La suerte está echada.